Junior tendrá otra Navidad sin estrella: paso a paso de un nuevo fracaso
Desde que se comenzó a armar el equipo, se presumió un diciembre sin título.
Desde hace cinco meses que se veía venir lo que finalmente pasó con Junior.
El equipo no tuvo la calidad para pelear ningún título este semestre, terminó eliminado anticipadamente de toda competencia y con un cambio de entrenador en mitad del camino.
El golpe directo a las aspiraciones de cualquier cosa que pudiera tener en mente, se divide en dos capítulos. El primero compuesto por dos despedidas que enterraron las opciones en ataque del equipo.
El pasado miércoles 30 de junio del 2021 vencieron, sin ninguna clase de otrosí de por medio, los contratos de Miguel Ángel Borja y Teófilo Gutiérrez. Sin sus dos piezas fundamentales para el ataque, estaba claro que las aspiraciones ya no iban a ser iguales.
El segundo episodio de la demolición a las aspiraciones competitivas llegó en la fase de contratación de ‘refuerzos’. La verdad es que se quedaron en lo primero, pues a las contrataciones no les dio para reforzar nada del equipo.
Walmer Pacheco, Johan Bocanegra, José Carlos Muñoz, Juan Sebastián Herrera y Cristian Martínez Borja no dieron la talla. Clara y sencillamente.
Pacheco terminó por ser un futbolista intermitente, que más allá de su verso de jugador-hincha, en la cancha nunca hizo un despliegue de las habilidades que lo llevaron a ser traído.
Bocanegra, no se sintió. Punto, no hay más que decir, porque nada más hizo.
Pero lo que llena de más indignación son los refuerzos más ofensivos.
Muñoz, un volante creativo que en su plena madurez no había pisado la primera división y que tenía seis meses de inactivo, fue el elegido para mover los hilos del equipo a falta de ‘Teo’.
El resultado no pudo ser más desastroso, pues de entrada se enfermó por varias jornadas y luego solo entró para jugar minutos algunos de partidos.
Para ponerlo en cifras, apenas jugó 144 minutos en cinco meses, sin goles ni asistencias.
Y el frente de ataque, Herrera se lesionó en la misma primera fecha. Luego regresó sobre el remate del torneo, jugó algunos duelos como titular y quedó confirmado que su lugar en el mundo no era en la titular de Junior.
El premio a fracaso del año en el FPC tranquilamente podría ser para Cristian Martínez Borja. Un debut fallando penal en la Copa Sudamericana, luego dos goles que no sirvieron de nada en la llave de la Copa Colombia donde los rojiblancos fueron eliminados y un solitario tanto en la Liga, componen su resumen personal.
Para el atacante chocoano no fue fácil llenar los zapatos de Miguel Ángel Borja. Ponerse la ‘9’ de los ‘Tiburones’ no es cosa para cualquiera y por enésima vez quedó demostrado.
Pero junto a la directiva, hubo un gran arquitecto de todo este desastre. Luis Amaranto Perea terminó saliendo del equipo el martes 17 de agosto, tras un empate ante Jaguares de Córdoba.
Perea se fue como un fracaso total del equipo. El ‘ciclo de las manos vacías’. No jugó ninguna final, sumó 7 eliminaciones y dejó una nómina maltrecha y sin la calidad y jerarquía suficiente como para buscar un título.
Al rescate llegó el samario Arturo Reyes, quien terminó firmando una decente campaña, pero con el mismo resultado: manos vacías.
Primero, en la Copa Colombia, quedó eliminado ante el Deportivo Pereira en una llave que todavía los hinchas no han podido digerir ni entender.
Aunque metió al equipo cuarto del todos contra todos, a la hora de la verdad no pudo ganar algunos de los duelos definitivos ni contra equipos claves como ante el Atlético Nacional y Deportivo Cali.
Se veía venir. Era la crónica de una muerte anunciada. Sin calidad, no hay triunfo.
A Junior le armaron una nómina con una grave falta de calidad para dar el plus en los momentos definitivos.
Ahora, de vacaciones anticipadas producto de la eliminación a una fecha del final de los cuadrangulares, los rojiblancos no les queda sino sacar conclusiones de otro año sin estrella.
Desde ahora hay que armar, compensar las salidas y tal vez pensar en un par de regresos.
Solo así se sabrá si no se vuelve a cernir sobre el equipo el panorama de un fracaso anunciado.